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Volviendo al ejercicio después de la COVID-19

Volver a hacer ejercicio luego de una enfermedad como la COVID-19 requiere planificación y paciencia.

Las personas que han tenido COVID-19, en particular aquellas con patologías preexistentes deben consultar a su médico antes de volver al ejercicio para confirmar la resolución de sus síntomas y evaluar su salud pulmonar y cardiovascular.


Las investigaciones han demostrado que el virus puede afectar muchos órganos, particularmente el corazón y los pulmones. Volver a las actividades de alta intensidad demasiado pronto puede ser dañino. Por otro lado, estar mucho tiempo sin hacer ejercicio también puede ser dañino, ya que los beneficios de estar físicamente activos están bien establecidos. Para volver a una rutina de ejercicios después de recuperarse de la COVID -19, sugiero los siguientes consejos:


Tómelo con calma. Los expertos sugieren adoptar un enfoque de cuatro fases con un mínimo de una semana dedicada a cada fase. Las actividades de intensidad leve como los ejercicios de estiramiento, yoga, y caminar son buenas opciones para las primeras dos fases. En las fases tres y cuatro se puede introducir el entrenamiento de fuerza y los ejercicios aeróbicos que se enfoquen en su equilibrio, su coordinación y su fortaleza. Avanzar a los ejercicios más vigorosos debe ocurrir gradualmente y lentamente con la meta de volver a las actividades pre-coronavirus en un período de semanas y hasta de meses.


Tenga paciencia. No exija demasiado a su cuerpo que aún se está recuperando. Este virus causa inflamación y la recuperación toma tiempo. Tenga en mente que su progreso puede tomar más tiempo si usted ha experimentado una falta de acondicionamiento significativa. El de suma importancia volver a estar activo, pero paulatinamente.


Escuche las señales de su cuerpo. Si usted experimenta síntomas tales como dolor en el pecho o palpitaciones, deje de hacer ejercicios de inmediato y consulte con su médico. Esté consciente mientras haga ejercicios o puede correr el riesgo de lastimarse. Mantener un diario de ejercicios y usar dispositivos y medidores también puede ayudarle a seguir su progreso y sus niveles de intensidad.


Póngase expectativas realistas. Muchas personas se ponen metas demasiado altas y luego se frustran si tienen algún contratiempo o si no ven resultados inmediatos. Es importante tener en mente que su cuerpo ha pasado por mucho y permitirle el tiempo para ajustarse. Aunque usted pueda no ver los resultados en las primeras semanas, sí los verá eventualmente.


El ejercicio es una inversión a largo plazo en su salud general. Los beneficios inmediatos del ejercicio incluyen una mejor calidad de sueño, menos ansiedad, un mejor estado de ánimo y una rebaja en la presión sanguínea. A largo plazo, el ejercicio regular realza la salud del cerebro, reduce el riesgo para la enfermedad cardiaca, la diabetes, el cáncer y otras enfermedades, mejora la salud de los huesos, reduce el aumento de peso y mejora la función inmunológica.


Y si usted necesita más motivación para ponerse en movimiento, considere esto: Los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC) reportan que las personas que están físicamente activas por alrededor de 150 minutos por semana, tienen un 33 por ciento menos riesgo de mortalidad que las personas que están físicamente inactivas.




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